22 de abril de 2009

Siento mucho haber tardado tanto en escribir esta entrada. Últimamente las entradas que tengo que escribir son bastante largas y me da pereza.

Esta Semana Santa he estado viajando por Europa. En primer lugar fui a Stuttgart para reunirme con Lita, Andrés y Jose. Desde allí fuimos en coche a Praga, Budapest y Viena. Ha sido el mejor viaje de toda mi vida, gracias a los lugares visitados, al buen tiempo que nos hizo y, por supuesto, a la estupenda compañía que he tenido.

El día 2 llegué a Stuttgart. No salimos de viaje hasta el día 5, por lo que el 4 decidimos visitar el museo Porsche. Me gustó muchísimo y algunas cosas me impresionaron bastante. Los Porsche, tanto padre como hijo, fueron unos genios. A todo el que le gusten los coches le recomiendo que visite el museo si pasa cerca de Stuttgart. Aquí pongo algunas fotos del museo. Lo que aparece en la primera foto me impresionó bastante. Es el primer motor eléctrico para coche híbrido. Lo inventó Porsche padre a principios del siglo XX.


El día 5 salimos para Praga. Tardamos unas seis horas en coche. Praga es, como todo el mundo dice, una ciudad preciosa. Hay que verla tanto de día como de noche. La cerveza de la República Checa es la mejor del mundo. Todo está bastante barato. La única pega es que se ha convertido en una ciudad demasiado turística. En los tres días que estuvimos apenas vimos checos. Las calles estaban repletas de franceses, españoles, alemanes, italianos, ect. Esta ciudad está a orillas del río Moldava.


Explorando un poco encontramos un muro de grafitis conocido como el muro de John Lenon.


Esta es la estatua de Carlos IV situada al lado del Puente de Carlos. Una pena que hubiera obras de restauración.


Esta es la Iglesia de Nuestra Señora en frente del Týn.


Esta es la Catedral de San Vito y el castillo.


También dimos una vuelta por el barrio judío de Praga. Es lo más caro de Praga, ya que intentan cobrarte por cualquier cosa. De las sinagogas que vimos la siguiente es la más bonita. Se llama la Sinagoga Española por ser de estilo mudéjar.


También fuimos al Museo Nacional de Praga en el que, además de visitar las exposiciones, asistimos a un concierto de música clásica. Para escuchar el concierto nos sentaron en las escaleras y los músicos tocaron en el rellano de la misma.




El día 8 fuimos a Budapest. Son unas seis horas desde Praga. Esta ciudad es bastante desconocida y, sin embargo, no tiene nada que envidiar a Praga. Hay muy buena cerveza, es más barata que Praga y no hay tanto turismo. En principio fueron dos ciudades: Buda y Pest, separadas por el Danubio. En la foto se puede ver Buda a la izquierda y Pest a la derecha.


A continuación se puede ver el parlamento. Este edificio está hecho de una piedra blanca que se ensucia con mucha facilidad, por lo que el edificio está continuamente restaurándose.


En la siguiente foto se puede ver el Bastión de los Pescadores y la Iglesia de Matías en reconstrucción, arriba a la izquierda, y el Templo de Santa Ana, a la derecha en primer plano.


A continuación se ve el Castillo Real de Buda.


Ésta es la Basílica de San Esteban.


Aquí el Puente de las Cadenas con la basílica al fondo.


Por supuesto, si vais a Budapest, teneis que ir a los baños termales. Hay diferentes piscinas con aguas medicinales a distintas temperaturas y varios tipos de saunas. A nosotros nos sentó genial después de varios días caminando.


El día 11 llegamos a Viena. Está a sólo dos horas de Budapest. Esta ciudad me impresionó. Da sensación de grandiosidad debido a los edificios imperiales. Es una ciudad por la que también merece la pena pasear por la noche. Este es el Palacio Imperial.


Este es el ayuntamiento de Viena visto desde el Palacio Real.


Esta es la entrada al palacio por Michaelerplatz.


Este es el monumento a Johann Strauss.


Esta es la Iglesia de San Carlos Borromeo (Karlskirche).


Si vais a Viena recomiendo que visiteis el Museo de Historia del Arte de Viena. Además de ser un edificio precioso por dentro y por fuera, las exposiciones arqueológicas y pictóricas fueron las mejores de las tres ciudades que visitamos. La exposición sobre Egipto impresiona.


Conseguimos entradas para un concierto de música clásica en el Musikverein, el sitio donde se celebra todos los años el Concierto de Año Nuevo. La entrada sólo nos costó 5 €, pero había que estar de pie al fondo de la sala. El concierto se llamaba Primavera en Viena, con distintas canciones de Strauss, Debussy y Wagner entre otros.




Por último fuimos al cementerio de Viena a visitar las tumbas de los músicos.


Ésta es la tumba de Mozart, pero es sólo simbólica, ya que su cuerpo nunca se encontró.


Quiero dar las gracias a Lita, Andrés y José por haberme aguantado y haber sido tan buena compañía en este viaje. Gracias a vosotros este viaje a sido mejor de lo que me esperaba.