11 de junio de 2009

Ya estoy de vuelta en España. Se terminó la experiencia Erasmus para mí. Sin embargo, ésta no va a ser la última entrada. Antes de despedirme quiero contar el viaje a Estocolmo que hice la semana pasada.

El lunes y el martes de la semana pasada mi amigo Ovidi y yo hicimos uno de los viajes que recordaré toda la vida. Ovidi se llevó su furgoneta a Malmö desde Gerona y decidimos ir a Estocolmo en ella. La parte trasera de la furgoneta está transformada en cama, por lo que la noche del lunes al martes dormimos dentro de la furgoneta en sacos de dormir.


El lunes de madrugada salimos de Malmö y tardamos en llegar a Estocolmo unas ocho horas. A mitad de camino nos paramos en el lago Vättern, el segundo lago más grande de Suecia.


Al llegar a Estocolmo buscamos aparcamiento para la furgoneta y nos pusimos a andar. Lo primero que visitamos fue Stadhuset (el ayuntamiento) por ser lo que nos pillaba más cerca.


En esta foto se puede ver la ciudad antigua al fondo desde Stadhuset.


Estocolmo está formado por varias islas. Una parte de las aguas que bañan la ciudad son dulces y otras saladas. Las aguas dulces y saladas se separan por dos presas situadas a ambos lados de la isla de la ciudad antigua. A pesar de estar casi totalmente juntos el lago y el mar, el agua dulce es de gran calidad, puesto que es la que usan como agua corriente e incluso la beben.

Más tarde fuimos a la ciudad antigua. En la ciudad antigua se encuentra el Palacio Real de Suecia.


El centro de la ciudad antigua está lleno de casas de distintos colores y calles estrechas. Desgraciadamente, también está plagado de tiendas de recuerdos. Aquí os pongo unas cuantas fotos de las vistas que hay desde la isla de la ciudad antigua.


Cuando caminábamos por el puerto de la ciudad antigua nos encontramos con una estatua un tanto extraña, de la que no entendíamos muy bien el significado. Un señor que estaba cerca, al ver nuestra intriga, empezó a hablar con nosotros para explicarnos la razón de la estatua. Resulta ser una representación de Neptuno y una sirena de agua dulce, en referencia al encuentro del agua dulce con el agua salada sólo separadas por las presas de la isla de la ciudad antigua. El señor también nos explicó cómo hacía su propia cerveza casera con el agua dulce de Estocolmo. Esta práctica es común en Suecia debido al alto precio de las bebidas alcoholicas.


Después fuimos a la parte más moderna de la ciudad, donde se encuentran muchos bares, discotecas y tiendas. Llegamos hasta una plaza llamada Medborgarplatsen donde hay un montón de terrazas llenas de gente.


Nos sorprendió que hubiera tanta gente un lunes por la tarde, pero la verdad es que hacía muy buen tiempo y apetecía salir. Nos tomamos unas cervezas en una de estas terrazas y hablamos con algunos estudiantes de Estocolmo que nos aconsejaron sobre sitios donde ir.

Después de un rato más andando por la parte moderna, fuimos a un sitio desde el que se veía una puesta de sol preciosa. Ese día el sol se puso un poco antes de las diez y amaneció antes de las cuatro.


De vuelta a la furgoneta pasamos de nuevo por la ciudad antigua. Por el muelle hablamos con una pareja para preguntarles algunas cosas. Nos preguntaron que a donde íbamos. Nosotros les dijimos que íbamos de camino a nuestra furgoneta y que después pensábamos buscar algún sitio para cenar. Ellos estaban a punto de salir con su barquito y se ofrecieron a acercarnos. Así que nos montamos con ellos en el barco y nos dieron un paseo.



Durante el camino nos ofrecieron vino primero y después nos invitaron a cenar en el barco. Estuvimos con ellos unas tres horas y hablamos de un montón de cosas. Dicen que los suecos son cerrados y tímidos, pues esta pareja rompe todos los esquemas. Les agradecimos enormemente su hospitalidad y regresamos a la furgoneta para dormir un poco. Antes de dormir hice esta foto de Estocolmo por la noche.


Esta foto la tomé a la una de la noche. Se puede apreciar que el cielo no está totalmente oscuro. En esta época del año no hay noche cerrada en Estocolmo.

Al día siguiente visitamos un par de museos. Primero fuimos a Skansen. Este museo es Suecia en pequeño. Hay casas típicas de Suecia de todas las épocas. También animales y plantas. Si vais a Estocolmo os recomiendo que vayais a este museo sin falta y con bastante tiempo para que podais verlo entero.



El día estaba bastante malo, por lo que la mayoría de los animales estaban en su madriguera. Por ejemplo, no puede ver los lobos.

El segundo museo es el del barco Vasa. Este barco se encontró en las aguas de Estocolmo y se recuperó en muy buen estado. Es del siglo XVII y lo mandó a construir el rey Gustav II Adolf. Se sacó a flote en 1961 y se construyó el museo con su mismo nombre donde se cuenta su historia y el proceso de recuperación del barco.


Esta es una maqueta de cómo era el barco en el siglo XVII.


Por último, antes de volvernos a Malmö visitamos Riddarholmskyrkan, la iglesia panteón de los reyes de Suecia. Sin embargo, no puedo mostraros ninguna foto porque me quedé sin batería. Las únicas fotos que hay se hicieron con la cámara de mi amigo y todavía no me las ha pasado.

Quiero agradecer a mi amigo Ovidi que me acompañara en este viaje lleno de aventuras y que ofreciera su furgoneta para viajar. El viaje fue mucho mejor de lo que me imaginé. Os recomiendo a todos que visiteis Estocolmo si teneis la oportunidad.

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